Brian M. Viveros

Brian Viveros es un artista nacido en California cuya obra tiene un gran contenido erótico que se mueve entre el Snuff, el Porno, Hardcore y otras artes poco convencionales que le dan a sus trabajos un aire del todo prohibitivo y políticamente incorrecto.

Viveros empezó con su obsesión por el dibujo de muy pequeño, siguiendo la estela de los dibujantes de comic.

Su gran momento empieza en 1977 con su participación en “Deep Inside The Art Of Porn” en Suiza, en el Museo de Arte Contemporáneo Pornográfico, donde le introdujo el agente de H.R. Giger (uno de los más grandes genios), desde entonces sus obras han estado en todo tipo de galerías y revistas así como en el Woodstock Tattoo Festival, al lado de los mejores como el ya citado H.R. Giger, John John Jesse, David Hochbaum, Joe Coleman, Frank Kozik… 

Ahora Viveros es célebre por sus pinturas eróticas de bellezas femeninas de ojos saltones con un Marlboro colgando seductoramente de sus labios.

Las pinturas de Viveros se componen de una mezcla de óleos, aerógrafo, acrílicos y tinta. En su obra brilla una luz en su propio mundo interior y la sociedad en general, y tiene como objetivo cautivar hasta los ojos más experimentados.

Las mujeres de Brian M. Viveros no ofrecen una postura frágil a pesar de las marcas de violencia en muchas de ellas. Estas tienen una mirada desafiante y claramente seductora, que esconde un terrible secreto tras su apariencia inocente de “chica buena”. Ellas son las verdaderas protagonistas y las heroínas de este macabro juego de dolor y éxtasis. No son ellas quienes van tras el espectador, sino que es este quien acaba sucumbiendo a su propuesta.

Brian M. Viveros también ha comenzado recientemente a capturar los restos oscuros y evocadores que irradia su mente produciendo y dirigiendo pequeñas películas que se pueden ver en su web. Viveros hizo su debut como director en el 2005 con un corto audazmente estilizado llamado Dislandia, un psico-drama que gira en torno a una joven que existe en un mundo desolado lleno de imágenes oníricas que van de lo bizarro a los simbólico y lo erótico.

Con Southern, su última y surrealista película, vuelve al cine más sucio. Southern es una experiencia sobre lugares de interés primordial, sonidos y sentimientos, cubiertos por una niebla de erotismo perturbador y violencia. 

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