Tati Ferrigno es una ilustradora de Brasil con unos trabajos muy vivos y coloristas. Es curioso como representa personajes más agresivos como “pin-ups” y luego chicas más sensuales o animales que recuerdan a cuentos infantiles, pero siempre sin perder su estilo. Sus trabajos están llenos de detalles, objetos brillantes y elementos por descubrir. Su temática va desde la literatura infantil hasta el erotismo y la insinuación.
De esta ilustradora brasileña no hay mucho que decir, solo
basta con ver su trabajo, el cual habla por sí solo.
Maya ha muerto, pero su existencia apenas empieza. Y está
empeñada en vengarse de quienes la llevaron a la tumba. Sin embargo, una
amenaza la obliga a postergar sus planes y emprender un viaje; tendrá que dejar
atrás su doloroso pasado y enfrentar la inmortalidad, la soledad… si es que
logra llegar a su destino.
Mientras tanto, las huellas que M. ha dejado en su camino
empiezan a cruzarse, y paso a paso irán retirando el halo de misterio que rodea
al creador de Maya, sus motivos y, sobre todo, las terribles consecuencias de
sus decisiones.
"Los muertos solo vuelven de la tumba por dos razones: la primera,
que tenían asuntos pendientes. La segunda, que no estaban muertos…”
¿Cómo se sentirían despertar en un pasillo, lejos de tu
casa y llenos de sangre? ¿Cuál sería su
primer pensamiento? Pensarían lo peor, como lo pensó Maya nuestra protagonista,
pero nunca se les ocurriría que en realidad fue convertida en un vampiro. Así
empezó el primer libro de Gothic Doll, les voy a contar un poquito antes de
pasar al segundo libro.
Gothic Doll fue un libro que quise leer hace mucho, cuando
vi la trilogía en oferta no la pensé dos veces antes de comprarla, pero cuando
leí el primer libro no fue lo que esperaba, me encontré con una protagonista
que solo pensaba en sus problemas adolescente y su amor por Abel (que bastante
tóxico por cierto), que tratara muy mal a sus madre y obviamente que se quejara
todo el tiempo por sus cambios vampíricos, no sé, en ese entonces necesitaba un
libro puramente de vampiros y no un libro de adolescentes histéricos, pero
llegando al final todo dio un giro y fue de lo más emocionante 😍 en la cual
me llego a querer darle una oportunidad al segundo libro Gothic Soul y la
verdad que fue una grata sorpresa, fue lo que buscaba, un libro puramente de
vampiros, con problemas vampíricos.
En este libro sabemos más sobre la historia del creador de
Maya y nos da la sorpresa que revivió a Abel, porqué se viene el spoiler casi
al final del libro uno Abel lo asesinaron, para mí fue una linda alegría 😄 lo
sé, soy media rara con los protagonistas. Pero Mael que es el creador de Maya
lo revivió porque se lo debía a ella, un vampiro que se sentía culpable por
sacarle su mortalidad, suele pasar. Pero
suele ser bastante egoísta con Abel, porque le miente que Maya está viva. Los
voy a dejar con la duda porque Abel piensa que Maya está muerta y cómo fue que
le hicieron creer a todo el mundo que fue así.
Pero esta vez no me cayeron tan mal los protagonistas y fue
bastante bueno, porque se me hizo una lectura muy ágil y entretenida. Más que
la autora sumo un detalle que me encanto, y que nunca se me había ocurrido de
mis lista de vampiros que ya leí, Maya es una vampiresa bastante particular. ¿Se
imaginan a un vampiro que se transforme en el animal que le haya chupado la
sangre? Es el caso de Maya, puede mutar tomando la sangre de animales y ya
conocemos el caso de los vampiros que se convierten en lobos o en murciélagos,
pero este es un caso diferente que me sorprendió mucho. En este libro
aparecieron otros personajes como Ottavia que solo fue nombrada en el primer
libro y que en este tuvo más protagonismo, que a pesar de sus berrinches me
agrado bastante conocerla un poco más, y Mateo el hijo de Javier que es el
encargado de toda la parte financiera de Mael, que por cierto, me olvide de
contarles algo importante, Mael le heredo todos sus bienes millonarios a Maya
¿Qué más se podría pedir? Ser vampireza y ser millonaria 😍
Volvamos al caso de Mateo, este personaje la verdad se me
torno insoportable como le pasaba a Ottavia, pero tengo la sensación que esos
dos se van a enamorar 😶
En definitiva, se los recomiendo y van a tener que leer si
o si el primer libro, porque se relacionan entre sí. Pero si les gusta los
vampiros, los personajes pocos convencionales y por supuesto que pase cosas que
te sorprende en cada capítulo, es un libro que deberías leer.
Sobre la Autora
Lorena nació en la Ciudad de México en 1981. Su madre, una
terapeuta infantil, ayudó a que desarrollara el gusto por la escritura usando
técnicas con ella desde que tenía cinco años de edad. Con el apoyo de sus dos
padres hacia su pasión por la lectura, Lorena escribió su primera novela a los
veinte años, finalizándola hasta tener veintisiete. Inicialmente deseando
estudiar Literatura o Filosofía, decidió optar por la licenciatura en
Comunicación, pensando que con alguna de esas carreras no podría obtener un
empleo. Trabajó en una revista por un tiempo, hasta obtener una beca por parte
del Estado de México para escribir. Con ella, comenzó a dedicarse de tiempo
completo a la literatura.
Lorena disfruta leer literatura juvenil, y admira a autores
como Benito Taibo y Álvaro Enrigue. Durante sus días de estudiante, llegó a ser
víctima de acoso escolar, una experiencia en la que años más tarde se basaría
para escribir una de sus novelas.
Su primer libro, Gothic Doll, se publicó en 2011, vendió más
de veinte mil copias y marcó el inicio de su primera trilogía, la cual continuó
con Gothic Soul y Gothic Fate, además de Gothic More, un complemento que marcó el
final de la saga en 2014. La trama, una historia sobre una adolescente vampira
y su enfrentamiento a la realidad, nació de su gusto por el tema de los
vampiros.
Su siguiente novela, El Club de los Perdedores, se publicó
en 2015 con una gran recepción comercial. Basada en sus propias experiencias,
pero también en el frecuente contacto con sus lectores, Lorena exploró temas como
el acoso escolar y la búsqueda de identidad.
Además de publicar sus libros, Lorena se ha destacado por
promover la lectura hacia el público joven, a través de diversos festivales y
ferias, además de las redes sociales.
Desde el año 2016 Lorena crea su canal oficial en YouTube,
donde se dedica a dar consejos y tips a escritores principiantes.
La pandemia ha modificado costumbres sociales y hasta la moda occidental, esto se debe al uso del tapaboca o barbijo. Antes era exclusivo de trabajadores de la salud o científicos, y usualmente lo veíamos en la población japonesa. Si te gusta el anime recordarás a muchos personajes que lo utilizan. Pero este año, entre los cuidados requeridos para evitar el contagio se sugiere a la población de muchos países utilizarlo de manera obligatoria para transitar en la calle. Esto nos indica que la moda no siempre es una cuestión de gusto o estética en este caso es inevitable, responde a una forma de adecuarse a las necesidades del consumidor. En adelante podríamos considerar que, tanto ahora como en el futuro, el uso del barbijo se convertirá en un artículo más del vestuario.
No tardaron en surgir los barbijos personalizados y hasta los grandes diseñadores ya piensan incluirlos en sus próximas colecciones, El barbijo dejará pronto de ser un símbolo de protección para convertirse en un accesorio de estilo como los guantes y el sombrero.
No salgas sin barbijo si en tu ciudad es obligatorio pero si te gustan es bueno averiguar que modelos están marcando la tendencia 2020.
La costumbre de usar máscaras comenzó en Japón durante los
primeros años del siglo XX, cuando una pandemia masiva de gripe mató entre 20 y
40 millones de personas en todo el mundo.
En Japón, unos años más tarde, el Gran Terremoto de Kanto de
1923, llenó el aire de humo y ceniza durante semanas. Las mascarillas se
convirtieron en un accesorio típico en las calles de Tokio y Yokohama. Una
segunda epidemia mundial de gripe en 1934 cementó el uso de los barbijos en
Japón, que comenzó a usarse con regularidad durante los meses de invierno.
Luego, en la década de 1950, la rápida industrialización de
Japón después de la Segunda Guerra Mundial condujo a una contaminación
atmosférica desenfrenada y al crecimiento del cedro japonés rico en polen, que
floreció debido al aumento de los niveles ambientales de dióxido de carbono.
Las máscaras eran usadas por aquellos que estaban enfermos
como cortesía para que el resto no respire sus gérmenes. Si una persona estaba
resfriada, pero no se podía tomar el día libre, la cortesía dictaba que debía
cubrirse la boca y la nariz con una máscara.
Las cosas comenzaron a cambiar a comienzos del 2000 en
Japón, cuando el fabricante de suministros médicos Unicharm lanzó un nuevo tipo
de máscara diseñada para personas que padecen fiebre del heno.
Las máscaras contra la fiebre del heno estaban hechas de
material no tejido, que era más efectivo para bloquear el polen, eran
completamente desechables y podrían ser comprados a bajo precio.
El uso de máscaras se ha triplicado en la última década, con
picos por los brotes de gripe en 2009 y las preocupaciones por las micro
partículas después del terremoto y posterior accidente nuclear en el 2011.
Cuando las máscaras se vuelven comunes, algunas personas las
usan para propósitos que no tienen nada que ver con la salud.
El psicólogo juvenil japonés Jun Fujikake ha hecho observaciones
con respecto a uno de estos propósitos. Los adolescentes parece ser que usan
las máscaras para evitar comunicarse con la gente:
«Cuando tratamos con otros, juzgamos a la gente por si
sonríe o muestra cólera (…) Usando una máscara, evitas tener que hacer eso. La
tendencia de usar una máscara para evitar el trato directo con otros puede
tener raíces en la actual cultura juvenil en la que muchos de ellos están más
acostumbrados a comunicarse indirectamente a través de redes sociales.»
Un número creciente de personas están usando máscaras debido
al frío durante el invierno. Ya que la sociedad asiática se ha acostumbrado a
las personas que llevan máscaras quirúrgicas fuera del hospital, se puede usar
una con seguridad para mantener la nariz y las mejillas calientes sin atraer
ninguna atención.
Las máscaras se vuelven tan comunes que algunas personas
están encontrando moda y belleza para ellos. Las celebridades dicen que a
menudo salen con una máscara después de sacarse el maquillaje con el fin de
mantener su rostro al natural oculto al público. Incluso dicen las personas que
pueden ser útiles para aquellos momentos en que tienen que salir corriendo a
hacer recados y no tienen ganas de maquillarse.
Y hoy en día no es raro verlas en las pasarelas asiáticas
como parte de las colecciones de reconocidos diseñadores. Y los distritos de la
moda.
En occidente poco a poco se comienza a mostrar interés en
las máscaras como accesorios. Los fanáticos de la cultura asiática lo
implementaron como parte de su outfit para convenciones y reuniones.
Cómo medida para prevenir los contagios de COVID-19 se ha
recomendado que todos salgan a la calle con barbijo.
Un vestido se compone de una falda y un cuerpo de la misma pieza y tela. Al principio de los tiempos los vestidos se usaban como obligación para protegerse del clima. Con lo cual pasaron a convertirse en a una necesidad vital.
A través del vestido podemos ver la evolución de la cultura, la riqueza y el desarrollo de las civilizaciones. Nos da una visión de la adaptación de las civilizaciones al medio en el que vivían.
En el Antiguo Egipto usaron el vestido-túnica de lino, común a los dos sexos. La prenda característica de las mujeres fue el kalasiris. El cual se formaba con un rectángulo de tela ajustado al cuerpo, que terminaba debajo del pecho y sujeto con tirantes. En algunas ocasiones de ponían una capa corta sobre los hombros que acompañaban con un collar adornado con piedras preciosas. En cuanto a la indumentaria masculina, el shenti era el traje por excelencia. Era una simple túnica ajustada al cuerpo, en ocasiones podía acompañarla unas placas doradas y collares pectorales, dependiendo del estatus del hombre.
En Grecia usaban el chitón para mujeres y hombres. Era una túnica que ese sujetaba en los hombros mediante unos broches y alfileres. Sobre esta se ponían una túnica llamada himation.
Los jinetes jóvenes usaban un manto corto llamado clámide. Mientras que las mujeres más jóvenes usaban una túnica denominada peplosque. Era un rectángulo de tela de lana o de lino. Después los romanos adoptarían a su vestimenta la prenda más usada, la toga. Su colocación era tan difícil que hacía imposible poder realizar cualquier trabajo físico. Con esto podemos deducir que era una prenda dedicada para las clases altas. Por ejemplo el Emperador en era el único que podía llevarla de color purpura. Los ciudadanos con más clase social blanca y los ciudadanos que desarrollaban trabajos humildes usaban colores oscuros.
A mitad del siglo VIII hasta mitad del siglo IX el aumento de lujo se vio en toda Europa. Por ejemplo el Emperador Carlomagno usaba trajes lujosos confeccionados con ricos tejidos de seda importados del Próximo Oriente. Las Cruzadas también acercaron a Europa influencia oriental al vestido. Las mujeres de Europa occidental usaron el velo musulmán, cubrían con el sus cuellos y parte del escote, era de lino o seda blanca.
Los calzones de los hombres llegaban hasta los tobillos, sujetados con una cuerda cosida en el borde superior. Los nobles los llevaban ajustados y las clases bajas holgados. Las calzas, dieron el origen a las medias y los pantalones.
En el siglo XII aparece una túnica nueva en la vestimenta de la mujer, se ajusta al cuerpo hasta las caderas, entonces las faldas caen con pliegues hasta los pies. En esta época, comenzó a tomar auge la burguesía, los gremios se empezaron vestir como si llevasen un uniforma, para distinguirse de los demás. El “Libro de los Oficios” menciona a unos oficios que se dedicaban a la indumentaria: sastres, modistas, sombrereros, zapateros…
A mediados del siglo XIV la evolución de la vestimenta asentara las bases del vestir actual. Las clases altas empiezan a usar trozos de tela cortados cortadas, unidas mediante botones y lazos. Los vestidos ya empiezan a tomar un carácter que se dedica más a la mujer, es también ceñido y largo con una cola ondeante. Los escotes pronunciados que destacan el pecho. Los cinturones son anchos permiten separar el corpiño de la voluminosa falda. Se empiezan a adornar los bordes de las capas y de las mangas. La ropa empieza a tomar interés por las fiestas, la fantasía y los espectáculos, usando así ropa dedicada para eso como los vestidos de fiesta.
Con el Renacimiento aparece un nuevo ideal de conocimientos. El entusiasmo por el progreso y el culto hacia la persona se traducen en un fuerte individualismo, lo que tendrá una clara repercusión en el traje, considerado también un distintivo de las personas.
Las hopalandas, los vestidos largos que tiene amplias mangas, se hacen ahora mucho más lujosas con puños y cuellos de piel.
A mediados del siglo XV nace en España la moda del verdugado, consistía en unos aros de mimbre en disminución, lo que ahuecaba las faldas en forma de cono. Era una prenda para mujeres de alta sociedad, ya que dificultaba mucho la libertad de movimientos.
A principios del siglo XVI desaparecen los escotes y aparecen las lechuguillas, cuellos y puños de camisa almidonados y rizados. Al principio se adornaban con puntillas y terminaron siendo todos ellos de encaje.
El siglo XVIII, las lechuguillas son sustituidas por el “cuello caído”. Mientras que los trajes femeninos eliminan el verdugado y estarán formados por el cuerpo. Con un escote adornado con encajes y cintas, las enaguas y el vestido.
Tras la muerte de Luis XIV en 1715, los trajes femeninos se volvieron más sueltos y vaporosos, aunque la anchura de la falda creció hacia los lados mediante el uso de “ballenas” o varillas de mimbre.
La Revolución Francesa supuso un gran cambio en la indumentaria. Se tiende a plasmar la antigüedad clásica en el vestuario, acabando con las prendas que impedían los movimientos y se impone una nueva naturalidad.
El vestido “clave” es el “vestido camisa”, que presenta el talle a la altura del pecho y está confeccionado en telas ligeras como algodón, batista o muselina y generalmente es de color blanco. Durante la llamada «Belle Époque» finales del siglo XVIII, la cual se caracterizaba por la riqueza, ostentación y extravagancia, los vestidos almidonados y con crinolina, marcaban el código de vestir.
Esto, obligó a crear algo más cómodo pero dentro de la misma idea de la mujer pomposa, similar a una muñeca de porcelana.
A comienzos del XIX comenzó la tendencia de la «Chica Gibson», el cual era un personaje de caricatura. Representaba el modelo femenino de esa época y que se llegó a transformar en un patrón de vida. Las características de la «chica Gibson» eran que debían ser de pecho erguido y caderas anchas, además sumisas y obedientes.
Posteriormente, la nueva imagen era de una mujer trabajadora y eficiente. Luchaba por el derecho a voto y que se involucraba en los asuntos que eran privilegio del poder masculino. Fue entonces cuando salió a la luz el «traje sastre».
En la actualidad podemos encontrar muchos tipos de vestidos. Dependiendo de su finalidad: por ejemplo podemos encontrar vestidos para bodas, vestidos para comuniones, vestidos de fiesta, adaptándose a momento concretos . Hay vestidos para bodas de día o bodas de noche, los cuales varían el corte para adaptarse al protocolo. Vestidos de fiesta, vestidos de verano.