Entrevista al Autor Martín Sancia Kawamichi

Nació en Buenos Aires, Argentina, en 1973. Estudió el Profesorado de Lengua, Literatura y Latín en el IES Alicia M. de Justo y Realización Cinematográfica en el CIEVYC. Dicta talleres literarios tanto de literatura infantil como de literatura para adultos. Publicó, dentro del género infantil: Breves historias de animales sabrosos, engreídos, enamorados, malditos, venenosos, enlatados, tristes, cobardes, crueles, espinosos... (y otras historias) (Penguin Random House, 2009), Los poseídos de Luna Picante (Segundo Premio Sigmar de Literatura Infantil y Juvenil 2014), 25 tarántulas (Editorial Sigmar, 2016). Su novela Todas las sombras son mías obtuvo el Primer Premio Sigmar de Literatura Infantil y Juvenil 2017. Por fuera del género infantil, su novela Hotaru obtuvo el Primer Premio en el Concurso de Novela Negra BAN! –Extremo Negro 2014, y su novela Cachivaches (inédita) fue finalista del Premio Internacional de Novela Negra Córdoba Mata 2015. En abril del 2017 publica, por Evaristo Editorial, su novela Shunga, y su obra teatral El desamor resulta ganadora del Concurso de Dramaturgia TBK 2016/2017. Recientemente se editaron en Bolivia, por Otero ediciones, su novela corta juvenil Anchoa y su libro de cuentos infantiles de enigmas detectivescos Cosquillas en la oscuridad. Su obra teatral El desamor, que se publicó en diciembre del 2017 junto a las otras obras ganadoras del Concurso de Dramaturgia TBK, se estrenó el 5 de mayo del 2018, bajo la dirección de Tomás Bucella, en el Espacio TBK. En abril del 2018 salió publicado su primer libro de cuentos para adultos, Este pálido mundo mío, por Evaristo Editorial.

Tiffany: ¿Las ideas para desarrollar una novela surgen totalmente de tu imaginación o sueles trabajar en base a vivencias o anécdotas como disparador de la trama?

Martín: Generalmente no parto de historias, sino de imágenes o alguna frase que me queda dando vueltas. La historia aparece después, durante la escritura. Sin embargo, me pasa algo: aunque no sé nada de lo que va a suceder, sé a dónde quiero ir. No escribo en el vacío. De alguna manera, ya sé que la historia está conmigo y que solo tengo que escribir para que salga. Esa seguridad me permite no pensar demasiado en el argumento y concentrarme en otros aspectos de la escritura.

Tiffany: Entre los personajes de tus historias hay alguno que sea tu favorito, si lo hay, nos puedes contar que cualidades de ese personaje lo convirtieron en tu preferido.

Martín: No suelo inspirarme en historias que me ocurrieron, pero en una novela que salió en Bolivia, “Anchoa”, partí de algo real, y de personajes reales. Uno de ellos, el Gordo Changuito es, sin duda, el personaje que más quiero. En parte porque era un amigo y me duele en el alma que ya no esté.

Tiffany: Cuando eliges un escenario para tus historias prefieres los lugares reales o lugares imaginarios, cuáles serían los motivos porque te sientes más cómodo en  uno u otro.

Martín: Prefiero los lugares reales (y, si es posible, lugares queridos) porque me entusiasman más. Pero no siempre es posible, y trato de llenar esos lugares inventados de referencias reales escondidas.

  

Tiffany: ¿Acostumbras tener algún tipo de “ritual” personal o de cábala para comenzar el proceso de escritura de tus obras? (Por ejemplo: empezar a escribir en un día o mes en especial)

Martín: Prefiero escribir con ruido alrededor. Generalmente, escribo con la tele encendida. Pero si no tengo esa opción y tengo que escribir en silencio, no hay problemas. Mis ganas de escribir suelen ser más fuertes que los rituales (que, en el fondo, me parecen una tontería).

  

Tiffany: Si tuvieras que completar la obra póstuma de un escritor famoso, como sucedió con Michael Critchon, ¿cuál elegirías?

Martín: No sé si Juan Carlos Onetti dejó alguna novela inconclusa, pero me gustaría completar (o mejor dicho: arruinar con amor) una obra de él.

Tiffany: ¿Qué recomendaciones le darías a una persona a la que le gusta escribir y quiere comenzar a hacerlo de manera profesional?

Martín: Que no moleste a los escritores enviándoles sus novelas inéditas. Que valore el tiempo de los demás. Que no se la pase pidiendo opiniones. Que no se jacte de ser un delirante. Que no busque el delirio. Que no busque la oscuridad. Que se prepare para una vida grotesca. Que piense en otras opciones. Que no se autoedite. Que no diga que un libro es como un hijo. Que sea capaz de ganarse la amistad de un gato sin extorsionarlo con obsequios. Que piense que hay muy pocas cosas más bobas que una persona escribiendo una escena erótica. Que no escriba jamás “sus lenguas se encontraron”. Que se proponga, en el caso de que tenga un vicio por desbaratar sexualmente al lector, hacerlo describiendo un semáforo o un vaso con agua. Que concurse y, si no gana, que no crea que perdió porque el concurso está arreglado. Que sea honesto con su escritura y que crea en esa honestidad más que en su obra. Que conozca sus puntos débiles. Que no persiga contactos y, si lo hace, que después no se haga el piola creyendo que su texto llegó a publicarse por su propio peso. Y que sea consciente de que el mundo está lleno de obras mejores que la suya y que nunca llegarán a editarse. Pero bueno, al margen de todo eso, lo fundamental es que lea mucho (tanto narrativa como poesía y ensayos), que mire cine, teatro, óperas, que aprenda idiomas, Historia, que estudie Letras en la UBA o Artes de la Escritura en la UNA, que asista a talleres (así no fastidia a amigos o familiares con sus textos). Si puede, que aprenda a tocar algún instrumento o a bailar.

Tiffany: Para finalizar: Todos tenemos un libro y una película que nos gusta tanto que no perdemos oportunidad de recomendarlos.

¿Cuáles serían ese libro y película que te gustaría recomendarnos?

Martín: Una novela: “El último chiste del gran Jacobi”, de Eduardo Goldman. Una película: “Magical girl”, de Carlos Vermut.

Hotaru

Editorial: Del Nuevo Extremo

Hotaru es una novela negra de amor, japonesa, erótica y lisérgica. Con un abuelo borracho perdido en la noche de Derqui y una geisha que no quiere abrir los ojos hasta tener a su amado frente a ella. Con una cocinera criadora de luciérnagas, y ancianas que juntan agua bendita para hacer mates y guisos santos mientras sueñan con el regreso de Perón.

Hotaru es una novela negra de amor con dedos pulgares mutilados, ridículas figuras de origami y una chica que corre desnuda cubierta de hormigas. Con un secuestrador que tiene pánico de hablar por teléfono para pedir el rescate y un periodista que, como tantos otros, es más verosímil cuando miente que cuando dice la verdad.

Shunga

Editorial: Avaristo Editorial

Ante la muerte de su amada esposa, Kotaro —a quien le ha sido negado el don del llanto— decide contratar a las hermanas Izumi para que lloren la ausencia de Oriko como ella merece: sin descanso. Pero las muchachas han sido entregadas por su padre a la demencia de un lunático usurero, el gigante Kazuma, poeta perverso que, junto a sus cuatro monos nihonzaru, las tiene esclavas en su árbol, sometidas a delirantes y obscenos caprichos que recopila en un libro erótico narrado e ilustrado por él mismo.

Anchoa

Editorial: Otero Ediciones

Estamos ante una novela de venganzas cruzadas, con personajes a quienes el odio los arroja a una crueldad en la que pronto dejarán de hacer pie. Una mujer que le guarda un profundo rencor a su marido infiel, un chico que venga las cicatrices mordientes de su rostro, unos amigos que claman justicia por la muerte de un gato son algunos de los ejes de una historia que se mueve entre el desamparo, el humor siniestro, la violencia y el horror.

En una época en que juegos tan peligrosos y de tan fácil acceso para niños y jóvenes, como la Ballena Azul, que evidencia la necesidad de una generación por integrarse a una sociedad que parece darle la espalda, la lectura de buenas novelas, como Anchoa, es un excelente recurso para anticiparnos a amenazas reales, donde la curiosidad y la vulnerabilidad parecen ser dos armas letales.

¿Puede ser justa una venganza? ¿Seguimos siendo víctimas después de vengarnos brutalmente de un mal que nos han hecho? ¿Ser víctimas nos autoriza a derramar la sangre de otro? Martín Sancia intenta respondernos estos interrogantes a través de una novela oscura, con personajes que han padecido el dolor a edades muy tempranas y están dispuestos a equilibrar la balanza del bien y del mal, aunque eso los deje a la deriva de lo peor de sí mismos.

Anchoa es indudablemente esa novela que tus padres y profesores no querrán que leas pero te pedirán que lo hagas, porque para protegerte de las amenazas primero deberás conocerlas; y qué mejor manera si no mediante la ficción.

Este Pálido Mundo Mío

Editorial: Evaristo Editorial

Una cabeza flotante que acecha; una madre aferrada al desamparo de la fe; una pareja de ancianos que en su demencia senil se odia infatigablemente, son algunas de las historias fantásticas, terroríficas y delirantes que presenta ESTE PÁLIDO MUNDO MÍO.

Sugøkusë

Editorial: Evaristo Editorial

Para la danza sugøkusë, cada persona es un universo cuyo centro está en los párpados, ellos son el punto neurálgico de todo. Una danza que se inspira en la roca y tiene su fundamento en la lentitud, eso es el sugøkusë, que significa “piedra parpadeante”.

Marcia hace tatuajes en el local de una galería. Su oficio la enreda a un personaje misterioso que llega con un objetivo claro: convertir sus párpados en dos pétalos de sangre. Pero antes, para que los colores se conserven mejor, él debe alcanzar el pleno dominio del arte del parpadear sugekuse, acuñado por un noruego descendiente de holandeses. Mientras persigue ese fin, frecuenta a Marcia para grabar en sus cuerpos diferentes dibujos, que luego le hace replicar en la piel de otras mujeres. A lo largo de estos encuentros, el hombre de traje italiano y camisa francesa le cuenta historias cada vez más truculentas, que dice haber oído en boca de un pescador alcohólico durante su viaje a Noruega.

Muchas gracias Martín por esta genial entrevista para el blog ★