Ella insistió tanto que no
podía negarme. Debo reconocer que también tenía ganas de verla en persona.
Todas las noches compartimos nuestros gustos, y nos reímos de los mismos
chistes.
Seis meses desde que la sumé a
mis amigos; ella es una de esas personas entretenidas con la que puedes chatear
sin aburrirte.
Luce bonita en sus fotografías,
es educada, inteligente y con una bella sonrisa. Su aspecto me es irrelevante;
tengo pareja y me siento feliz, pero me agrada poder contar mis sucesos
cotidianos a alguien fuera de mi ámbito.
Como a todos los que usan las redes me pone de excelente humor, tener un
desconocido del otro lado; para relatarle mis logros y problemas. Un
desconocido que demuestre interés en mis
insignificantes acciones. La mínima conversación con ella siempre me hace
sentir mejor.
Y ahí está, ya la veo
acercarse. Esbelta, bien vestida camina con una paso alegre y me sonríe.
Sí, es ella de carne y hueso.
Mi amiga de Facebook.
Escuchar su voz me estremece y
mentalmente me repito: Le hablaré de mi novia para que no piense que tengo un
interés amoroso con ella.
Y ella, despreocupada se ríe mientras conversa conmigo. Tiene una risa deliciosa, una boca casi comestible.
Y ella, despreocupada se ríe mientras conversa conmigo. Tiene una risa deliciosa, una boca casi comestible.
Yo quiero a mi novia. Yo quiero a mi novia, lo tengo grabado en mi
mente y en mi corazón.
¿En mi corazón? Ahí se guardan también mis conversaciones con una
desconocida que ya no lo es.
Me pregunta a dónde podemos ir,
me aclara que cualquier lugar estaría bien para ella. Casi sin pensarlo respondo:
-¡Vamos a mi casa para que veas mis discos!
Ella acepta y me siento feliz
como un niño. Yo quiero mucho a mi novia, es agradable, me tiene paciencia, es
simpática, bonita y no es celosa.
Llegamos a casa. Mi amiga se
sienta en un sillón verde que está contra la pared. Sé perfectamente cuáles son
sus gustos; hablamos de tantas cosas distintas cada noche. Reconozco que
es un alivio hablar con ella, después de
un día agotador. La veo conectada y me siento mejor.
Voy a la cocina a preparar café, y sin querer pienso que su piel huele deliciosa, acaramelada...casi comestible. Imagino su sabor en mi lengua.
Me permitiría tocarla estoy
seguro. Seguro que le gusto, pero no puedo hacerlo. Si quisiera podría acariciarla y ella
no se molestaría.No debo.
Regreso con el café. Mi amiga
no está en el sillón.
La llamo, ¿tal vez fue al patio? Le gustan mucho las plantas.
La llamo, ¿tal vez fue al patio? Le gustan mucho las plantas.
No está. Se marchó sin decir
nada. Se asustó al verse sola conmigo.
Voy a la puerta, sigue cerrada
con llave y la llave está en mi bolsillo.
Otro lugar donde puede ir es... a mi habitación.
La llamo nuevamente, y no contesta. Mi habitación, mi cama, su risa, su piel...nosotros.
Yo quiero a mi novia me repito, pero me gusta la risa de mi amiga de Facebook, me gusta contarle cada noche sobre mí, contarle lo que hice. ¡Yo quiero tenerla! declara mi mente sin que me dé cuenta.
La llamo nuevamente, y no contesta. Mi habitación, mi cama, su risa, su piel...nosotros.
Yo quiero a mi novia me repito, pero me gusta la risa de mi amiga de Facebook, me gusta contarle cada noche sobre mí, contarle lo que hice. ¡Yo quiero tenerla! declara mi mente sin que me dé cuenta.
Voy a mi cuarto y ella tampoco se encuentra ahí.
¡El baño! ¡Pero qué estúpido! Seguro fue al baño.
¡El baño! ¡Pero qué estúpido! Seguro fue al baño.
Golpeo la puerta, no responde y
no me queda otra opción que abrir.
Y ahí estaba...
Su cabeza, atada por el cabello,
cuelga del grifo.
Su cuerpo yace apoyado contra el inodoro.
El hueco, dejado por la cercenada cabeza, derrama sangre como un estrecho manantial y corre por sus hombros trazando un camino bermellón que se desliza lentamente por su escote.
Su cuerpo yace apoyado contra el inodoro.
El hueco, dejado por la cercenada cabeza, derrama sangre como un estrecho manantial y corre por sus hombros trazando un camino bermellón que se desliza lentamente por su escote.
Sobre ella hay una nota. Un
papel manchado de rojo que dice:
“Mi
vida tu sabes que no soy celosa, puedes agregar en Facebook a todas las chicas
que quieras. Pero conocerlas personalmente, eso no.
Te veo luego y no te preocupes limpiaré más tarde el desorden del baño.
Te veo luego y no te preocupes limpiaré más tarde el desorden del baño.
Tú
mi amor sonríe que me gusta mucho cuando sonríes.”
Autor: Adriana Cloudy
Muchas gracias Adriana Cloudy por colaborar con Plegarias en la Noche con uno de tus cuentos de terror 👻
Un brillante relato, pobre chica de facebook.
ResponderEliminarY que terrible resultó la novia, que nefasta. Si el protagonista tiene algo de voluntad propia, podría denunciarla. ¿Que mal hizo esa pobre chica?
Besos.
Hola Demiurgo, jajaja no hay que poner a prueba las novias que dicen que no son celosas e,é
EliminarUn beso
¡¡muy bueno!! lo leí con mucho interés de un tirón. ¡hasta me lo creí! jajajajaja.
ResponderEliminarun beso.
Hola Draco, jajaja es que a veces la realidad supera a la ficción, todo puede suceder >_<
EliminarUn beso
Imaginaba que pasaría algo así, pero me gustó como se fueron desarrollando las cosas. El texto es atrapante y atractivo, así que felicitaciones para Adriana.
ResponderEliminarPienso que quizás faltó más comunicación entre el chico y su novia, quizás ella lo espió y se sintió traicionada, aún así no justifica los hechos, claro está.
Interesante.
Hola linda, seguramente lo espió y el chico no la conocía del todo a su novia, solo se quedo con la idea que ella no era celosa e,e.
EliminarUn besote
¡Oh! Cuán estremecedoras pueden ser unas pocas palabras bien utilizadas.
ResponderEliminarHola María :D la verdad que si y que bueno que te haya gustado el cuento.
EliminarUn besote
Me encantó recorrer tu relato. Pocas mujeres novias no son celosas, en él, ella es de las que no admite que otras se acerquen a lo que considera propio.
ResponderEliminarAbrazos.
Saludos desde Compartir Visiones.
Hola Migue y bienvenido :D es muy raro encontrar una chica que no sea celosa, al igual que los hombres. Los humanos somos muy posesivos con lo que uno quiere, pero algunos ya se pasan a otro extremo e.é
EliminarSaludos
Me ha sorprendido el final del relato pues no lo esperaba.Besicos
ResponderEliminarHola Charo, jajaja buenísimo que te sorprendiera :3
EliminarUn besote
Hola :D me ENCANTO el relato y ese final no me lo veía venir para nada. Mil besos :*
ResponderEliminarHola!!!!! *-* que bueno que te haya encantado <3
EliminarBesotes
¡Hola!
ResponderEliminarNo te voy a engañar, soy una miedosa así que esto me ha puesto un poco nerviosa jaja, eso sí, me ha encantado, transmite un montón :)
Un beso ^^
Hola Marta, jajaja pero por más que seas miedosa me encanta que seas valiente, no muchos les gusta los cuentos de terror y se animan a leerlo. Así que me hace muy feliz que te haya gustado por más que te den miedo :*
EliminarUn besote
Muy buen relato , la verdad no pensé que fuera a terminar así , ya que la trama es de lo más realista , quien no tiene amig@s a través de esa red social que se convierten en confidentes , pq todas las noches hay charlas en las que te desgranas más que quizás con tu pareja ..muy bueno y sorprendente final ..
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola linda, muchas razón tienes, pero como paso en el final. A veces en la realidad es al revés.
EliminarUn abrazo
Pero que perverso y escalofriante relato 😂 me encanta. Como se puede escribir cosas buenas cuando se está bien enojada😈
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