En las calles de Tokio, oculto entre el ajetreo de la ciudad, se encuentra un rincón que es un tesoro para los amantes de los gatos: el Templo Gotokuji. Este santuario no es solo un lugar sagrado, sino también el corazón del conocidísimo maneki-neko, el gato de la suerte que con su patita levantada atrae la fortuna y la prosperidad.
Al visitar Gotokuji, te darás cuenta de cómo el maneki-neko no es solo un amuleto común en los escaparates, sino un símbolo profundamente arraigado en las leyendas y la historia japonesa. A diferencia de lo que muchos creen, esta icónica figura no proviene de tierras chinas, sino que tiene origen en el mismo corazón de Japón, en este encantador templo de Tokio: el templo Gotokuji (豪徳寺).
En cada rincón de Gotokuji, te encontrarás con incontables representaciones de este simpático felino. Desde versiones en madera y piedra hasta delicadas figuras de porcelana. Sea como sea, cada maneki-neko tiene su propio deseo esperando cumplirse. Y aunque el clásico gato blanco sigue siendo el más popular, te sorprenderá la diversidad de colores y formas que adoptan estos amuletos, cada uno con su significado único.
El origen del maneki-neko, conocido cariñosamente como el "gato de la suerte", tiene sus raíces en la historia del Templo Gotokuji, remontándose al siglo XVII. Contrario a la creencia popular de que el maneki-neko simplemente saluda o se lava la cara, este gato en realidad está invitando a las personas a acercarse con su gesto de la pata.
En aquellos tiempos, el Templo Gotokuji pasaba por dificultades económicas. Un humilde monje residía allí, compartiendo su escasa comida con su querida gata tricolor. Durante una tormenta, Ii Naokata, un señor feudal, se refugió bajo un árbol cerca del templo. Fue entonces cuando vio a la gata del monje, que parecía llamarlo agitando su pata.
Movido por la curiosidad, el señor feudal se acercó al templo para ver mejor a la gata. En ese preciso momento, un rayo destruyó el árbol donde se había refugiado, salvándole así la vida. Profundamente agradecido por este acto, el señor feudal se convirtió en un devoto del templo. Donó campos de arroz y tierras de cultivo y financió las reparaciones del templo, llevándolo a una nueva era de prosperidad y riqueza.
Cuando la gata falleció, fue enterrada en el cementerio para gatos del Templo Gotokuji, y en su honor, se creó la figura del maneki-neko, convirtiéndose en un símbolo de buena suerte y prosperidad. Hoy en día, miles de figuras de maneki-neko adornan el Templo Gotokuji, creando una estampa digna de postal. Aunque el color original era tricolor, al igual que la gatita del monje (blanco, negro y naranja), con el tiempo, este gato de la suerte ha adoptado diversas formas y colores, cada uno con su propio significado especial: mientras que el blanco simboliza la pureza, el negro protege de los espíritus malignos y el dorado atrae la riqueza.
Además, dependiendo de qué pata levante, el significado del maneki-neko cambia:
Cuando el maneki-neko eleva su pata derecha, se dice que atrae prosperidad y dinero. Precisamente, esta variante es la más común en el Templo Gotokuji. Por otro lado, si el gato levanta su pata izquierda, se cree que atrae clientes y visitantes. Existe incluso la creencia de que cuanto más alto levante la pata izquierda, más lejos llegará su capacidad para atraer a las personas.
Además, existe una variante menos común, donde levanta ambas patas. Este gesto se interpreta como una señal de protección para el establecimiento o el hogar, dando seguridad frente a las adversidades.
El recorrido por el Templo Gotokuji se inicia al cruzar la imponente puerta Sanmon, dejando atrás el mundo exterior y dando la bienvenida a un espacio de paz y tradición. A tu izquierda, encontrarás un campanario, mientras que a la derecha se alza una pagoda de tres pisos, un ejemplo majestuoso de la arquitectura budista.
Descubrirás el extenso cementerio del templo, donde seis estatuas de Jizo marcan el paisaje, ofreciendo protección a las almas que allí descansan. Este cementerio alberga los restos de muchos miembros de la familia Ii, quienes jugaron un papel crucial en la historia del templo. Además, como no podía ser de otra forma, una parte del cementerio está dedicada exclusivamente a los gatos, destacando así su importancia en Gotokuji.
Cerca del cementerio se encuentra el Butsuden o salón de Buda, un espacio sagrado. Frente a él, encontrarás la imponente estatua de un león, donde podrás encender una vara de incienso, un ritual que simboliza la purificación del cuerpo y el alma.
Cruzando la puerta Akamon, accederás a la zona dedicada al maneki-neko. Aquí, encontrarás cientos de figuritas de este felino, donadas por devotos agradecidos por los deseos cumplidos o en busca de buena suerte. ¡Así que no olvides hacer tu ofrenda y pedir tu deseo!
hola
ResponderEliminargracias x la info; sin dudas un lugar que tener en cuenta para visitar ^^
Hay que ir si o si 🤩
Eliminarmás que una religión, el budismo es una filosofía sobre un estilo de vida para alcanzar la perfección espiritual; digo lo anterior, porque si japón hubiese tenido desde dos milenios atrás una religión como la cristiana, que es excluyente; una creencia pagana como el maneki-neko, hubiera sido suprimida de raíz.
ResponderEliminarno sabía de su historia, aunque al gato lo veo más en negocios que en casas.
muchas gracias por dárnosla a conocer.
amiga tiffany, un beso. que tengas un feliz domingo.
Me encanta. El gato es uno de mis animales preferidos. Un beso.
ResponderEliminarGracias por toda la información, Tiffany.
ResponderEliminarUn post muy interesante
Besitos
Me encantan los gatos, creo que si voy a Japón algún dia, ese seria uno de los lugares que visitaría. En casa mi abuela tenia un gatito de la suerte y le tuvo que quitar la pila por la noche ya que se escuchaba el brazo jajajaa
ResponderEliminarUn besazo Tiff!
Esos gatos me encantan
ResponderEliminarUna muy buena entrada, y opinión como DRACO, es una filosofía de vida.
Cuando era pequeña, los gatos firmaron parte de mi hogar, por eso siempre me gustaron, además tienen ese halo especial que les envuelve.
Un besazo 🙋😘😘🌹
Una información interesante, gracias por compartirlo
ResponderEliminarUn abrazo
Algo conocía de esta historia, contada en algún programa de radio.
ResponderEliminarEsos gatos suelen encontrarse en comercios, cuyos dueños no tienen nada de japoneses. Así que es algo que se ha extendido.
Besos.
Siempre me han gustado esos gatitos. Te mando un beso. .
ResponderEliminartodo un mundo el de estos gatitos, cuando vuelva a ver uno me fijare bien en los detalles
ResponderEliminarBsos
Gracias por toda la información. No me preguntes por qué, porque no lo sé, pero estos gatos siempre me han dado algo de miedo...
ResponderEliminarBesotes!!!
¡Hola!
ResponderEliminarMe ha encantado la entrada, siempre me han gustado los Maneki-neko pero no sabía toda la historia detrás ni el nombre del templo. Espero algún día conocerlo en persona :). Muchas gracias por compartir.
Un beso y nos seguimos leyendo
Estupendo artículo sobre este templo gatuno lleno de curiosidades y que seguro a todos los amantes de los gatos les gustaría visitar. Yo aquí, junto al ordenador, tengo a mi gata mirándome fijamente con una extraña mezcla de curiosidad y extrañeza jajaja.
ResponderEliminarAbrazos, Tiffany!