INICIATIVA: Poemas Desde Ultratumba - Justicia Para un Fantasma

Buenas y escalofriantes noches del mes de octubre ❤ mes que festejamos Halloween 🎃 y como muchos sabrán Plegarias en la Noche siempre espera este festejo con mucha ilusión, por eso se me ocurrió una nueva iniciativa :D ya que el año pasado se acordaran y agradezco mucho a los que se sumaron a mi primera iniciativa que se llamaba “Léeme un Cuento”, se trataba de que cada viernes de octubre los blogs que se sumaran nos contara algún cuento de terror (tanto de autoría propia o de algún escritor o escritora de su preferencia) pero este 2022 la iniciativa se llamara“Poemas Desde Ultratumba ¿Quién dijo que solo los poemas son de amor?

Así que es muy simple para sumarse 👻 al igual que la iniciativa del año pasado. Todos los viernes de octubre a las 22 hs de su país publicar un poema de terror, pueden publicarlo escrito o con un vídeo leyéndolo,  puede ser de su autoría o de algún autor/a que les guste (no se olviden de mencionar de quien pertenece), llevando por supuesto el Banner de la iniciativa y mencionando a Plegarias en la Noche, para que más bloggers quieran participar y llenemos este hermoso espacio en un lugar terrorífico 👻

Espero que se animen así mientras vamos por sus espacio a pedir dulce también nos llevamos un buen susto 💀

Justicia Para un Fantasma

Todo era alegría

al estrenar caserío.

Patio, frutales y pájaros.

Baldosas, rosales y olivos.

Para preocuparse

ninguno tenía motivos.

Hasta que una vecina nos advirtió

del fantasma de Carmelo,

que era el dueño verdadero

de aquella casa lozana.

El fantasma aparecía

los viernes de luna llena,

justo abajo del ciruelo

espantando al atrevido

que de su patio no se hubiera ido.

Y viendo que esto pintaba,

como un caso bastante raro,

le pedimos a la vecina

que algo más nos contara.

Y ella, sin hacerse rogar

su historia comenzó a revelar:

Era Carmelo un viejito

que vivía solo el pobrecito.

Porque a nadie soportaba

y a todo niño del barrio,

con su alpargata amenazaba.

Si lo saludabas en la almacén,

él te deseaba que te atropellara un tren.

Si lo encontrabas en el río,

te mandaba a pasear con tu tío.

Lo único que en verdad amaba

era ese árbol de ciruelo,

donde pasaba las tardes

con radio, mate y un termo.

Y una mañana lo hallaron,

bien frío y muerto en su silla.

Carmelo era un anciano

maléfico y chinchudo

que nunca al médico acudía

y siempre de una cura disponía,

con alguno de esos mejunjes

que en las noches se bebía.

Por eso nunca se supo

como el viejo Carmelo

tan de repente

se convirtió en un finado.

Nadie hizo preguntas

y lo enterraron enseguida

con una breve despedida.

Pero parece que alguien

el día antes lo había visitado,

y un regalo le había llevado.

Porque abajo del ciruelo

volaban migas de bizcochuelo.

Un misterio será su suerte

y ni la muerte le otorga paz

por no saberse la identidad

del que envenó a Carmelo.

Ahora, su fantasma no se marcha

y asusta a cualquiera a sus anchas.

Yo miré a mis hermanos

y por la cara de mis padres,

ya suponía que mis juegos

terminarían temprano en las tardes.

Entonces sin hacer mucho alarde

a la vecina interrogué:

“¿Usted tiene algo en el horno?”

pregunté al sentir el aroma.

“Mi especialidad para los recién llegados.”

Ella sonriente me respondió.

“¡Yo sé cómo murió Carmelo!”

Dije señalándola con un dedo

“Su torta, como siempre,

se le quema y a Carmelo

con un pedazo lo ahogó.

Fue usted, vecina quién lo mató.”

Aunque todos se rieron,

yo sé bien que esto es verdad,

porque al fantasma en el patio

nunca más nadie lo vio, ni lo verá.

 

Autora: Adriana Cloudy