Hikari Shimoda

 

Hikari Shimoda es una artista visual japonesa contemporánea que estudió ilustración en Kyoto Saga University of Arts y en la escuela Aoyama Juku. Desde el año 2008 está exhibiendo su trabajo tanto en Japón como en el extranjero. Países como Estados Unidos, Canadá e Italia han podido contemplar su visión en donde lo tierno coexiste con el horror, en donde la fantasía se encuentra con la realidad.

Brillante y dulce, el trabajo de Hikari Shimoda es a la vez encantador y desarmante, retratando un mundo donde la ternura y el horror coexisten. Con base en Nagano, Japón, Shimoda estudió ilustración en la prestigiosa Universidad de Arte Kyoto Saga y en la Escuela Aoyama Juku antes de comenzar su carrera como artista contemporánea profesional en 2008. Poco después, fue seleccionada para su primera exposición individual en la Galería Motto de Tokio. Y desde entonces ha realizado exposiciones en galerías de todo el mundo, incluidos Japón, Estados Unidos, Canadá y Europa.

Inspirado en el manga y el anime japoneses de su juventud, el trabajo de Shimoda expresa los problemas de la actualidad en técnicas coloridas e ilustrativas. A menudo representa a niños con ojos de estrella, viste a sus personajes con trajes heroicos que se asemejan a Superman y chicas mágicas, un subgénero de anime de chicas jóvenes que usa la magia, revelando problemas y luchas en la sociedad contemporánea a través de una yuxtaposición de pinceladas, texto y collage. Tales personajes son un comentario sobre la unción de Jesucristo por parte del cristianismo como salvador de la humanidad y un espejo de nuestros héroes de fantasía. También representan nuestro deseo adulto de criar a los niños del mundo y defender el mundo que hemos construido.

Tras el gran terremoto del este de Japón y el accidente de la planta de energía nuclear de Fukushima en 2011, Shimoda se interesó cada vez más en varias conexiones en el mundo. En su serie de retratos “El paradero de Dios”, que presenta a niños de otros mundos adornados con un collar de Chernobyl, y “Hijos de este planeta”, los niños actúan como un lienzo en blanco para lo que ella describe como innumerables posibilidades; donde la fantasía se encuentra con la realidad, el pasado se encuentra con el futuro, la vida se encuentra con la muerte y un mundo que aún está por renacer. Los ojos no solo comunican la personalidad de cada personaje, también son un reflejo de los propios sentimientos e ideas de Shimoda.

Aquellos niños que tienen una expresión vacía de desesperación y soledad están reflejando las emociones de las personas que los miran. Esos niños vacíos son, por así decirlo, "tazas de mis emociones", algo en lo que podría verter mi emoción. Sus ojos brillantes miran fijamente al espacio, mientras reflejan tanto la luz como la oscuridad, y esos cuernos son una metáfora de emociones sin palabras como la furia y la desesperación que la gente siente hacia cosas irracionales en este mundo . Con cada nueva pieza, Shimoda avanza en su búsqueda de la salvación y su comprensión más profunda de este mundo caótico.

Algunas de sus Obras